Fotos de momias.
(1) Momia predinástica (aprox. 4000 a.J.C.). En aquel tiempo no las vendaban.
(2) Momia del sacerdote Nespamedu. Período tardío. (cartonajes dorados).
(3) Momia falsa. En su interior hay solamente un tablón de madera.
La (1) se encuentra en el British Museum.
La (2) se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
La (3) se encuentra en el " " " " .
Las radiografías y fotografías de la (2) y la (3), han sido realizadas y publicadas por mí.
(1) Momia predinástica (aprox. 4000 a.J.C.). En aquel tiempo no las vendaban.
(2) Momia del sacerdote Nespamedu. Período tardío. (cartonajes dorados).
(3) Momia falsa. En su interior hay solamente un tablón de madera.
La (1) se encuentra en el British Museum.
La (2) se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
La (3) se encuentra en el " " " " .
Las radiografías y fotografías de la (2) y la (3), han sido realizadas y publicadas por mí.
Profesor Esteban de Llagostera
Según el concepto que tenían los antiguos egipcios, al terminar su vida terrenal se producía un tránsito hacia su paraíso, pero tanto con su cuerpo, como con su alma. Entonces, la condición indispensable, es que tenían que llegar a su nueva dimensión enteros, es decir, con su cuerpo intacto e incorrupto. De ahí arranca el deseo de encontrar “algo”, que pudiese lograr este anhelo. Tal vez, es el comienzo de los variados intentos de momificación que se desarrollaron en los primeros tiempos. Por los datos que tenemos, esta práctica comenzó durante la IV Dinastía (2573-2454 a.J.C.). Ahí empieza la costumbre y el rito religioso de la momificación.
Primeramente, se practicó con la realeza, aunque a través de los tiempos, se extendió al clero y la nobleza, para más tarde, llegar hasta las clases pudientes. Esta práctica, se realizaba en las casas de la momificación (Per nefer), que estaban regidas por sacerdotes. Los obreros, eran de la clase o condición más baja de la sociedad e incluso condenados por la justicia.
La noción actual que tenemos de la momificación, nos indica que con el cadáver, se han realizado una serie de manipulaciones, para su conservación, por más o menos tiempo. Los sacerdotes egipcios momificaban para la eternidad, y hasta hoy, es cierto. Una momia, no se debe confundir, con un cadáver deshidratado, desecado o incorrupto, por medios naturales.
El historiador griego Plutarco (46-120 A.D.), nos relata, que el rey de Esparta Agésilas (siglo V a.J.C.), fue untado con miel y recubierto con cera fundida.
El historiador romano Tácito (55-116 A.D.), nos hace una descripción acerca de Popea, esposa de Nerón, diciéndonos: “Su cuerpo no fue destruido por las llamas, según la costumbre romana, sino que fue embalsamado a la moda de los reyes extranjeros (los egipcios), y todo su cuerpo fue impregnado de perfumes”.
El famoso médico francés de Le Mans, Pierre Belon (1517-1564), visitó Egipto en el año 1547 y describió a las momias, como “Cuerpos Confitados”.
Las momias, son las voces de los muertos, puesto que tienen y nos dan, muchísima información, si sabemos “comunicarnos” con ellas.
(momia virtual en internet = http://www.uke.uni-hamburg.de/mumie)
En su pasado remoto, los antiguos egipcios aspiraban a la eternidad, y debido a ello, momificaban a sus muertos. Hoy, podemos decir que consiguieron su propósito.
El Antiguo Egipto, está cada día más presente y vivo entre nosotros.
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